MOXIBUSTION
Desde la más remota antigüedad, el ser humano conocía cómo utilizar el fuego. Cuando en esa época, el hombre padecía dolores musculares, heridas en la piel o disminuía su temperatura corporal, se aplicaban piedras sobre el cuerpo, que previamente habían sido expuestas al Sol, para calentar su piel, reduciendo de esta forma el grado de sufrimiento que padecían.
Utilizaban el fuego para cauterizar las zonas heridas de su cuerpo, en lugar de utilizar piedras calentadas al Sol. Este método, se ha venido considerando históricamente el origen de la moxibustión directa o tratamiento cauterizante, método progresivo, que podríamos denominar como tratamiento natural por moxibustión.
Confucio, dijo en una ocasión: “Yo puedo tratarme (a mi mismo, puntualiza) por medio de la Moxibustión”, era pues evidente que este tipo de tratamiento ya se conocía en el Período de la Primavera y el Otoño.
En el Período de los Reinos Combatientes, Mencius el sabio, dijo: “El hombre que padezca una enfermedad de más de 7 años de duración, necesitará ser tratado por medio de las cauterizaciones con moxa de más de tres años de envejecimiento”.
El origen de la utilización de las hojas de Artemisa para la moxibustión nos sitúa en dos escenarios:
1.- El Norte de China (Mongolia)
2.- El Valle del Yang-Tse
La técnica de la Acupuntura se llevó a Japón por un grupo de monjes durante la Época de la División entre el Norte y el Sur (304 – 581). En este período, WANG KU ZUEI contribuyó enormemente en el desarrollo de la moxibustión.
Durante la Dinastía Ming (1368 – 1602) KAO WU escribió “Planificación de los tratamientos por Acupuntura y Moxibustión”.
Durante la Dinastía Ching, otro famoso terapeuta YEN KUNG TSAI (1616 – 1711) escribió un libro concerniente a los tratamientos de las enfermedades por medio de la moxa.
Durante el Período de la República de China (1911), otro experto, TZE TIEN CHIEN, publicó varios tomos sobre la moxiterapia.
Posteriormente CHIEH I BIN WEI, escribió: “Los Principios para la Moxibustión”. Su método consistía en cauterizar las puntas de los dedos de las manos y pies, para así poder conocer las condiciones energéticas en que se encontraban órganos y vísceras internas, con el fin de conocer que puntos de los meridianos se podían tratar para conseguir una buena regulación energética del individuo enfermo.
El Profesor francés P. HUARD, describe en su “Historia de la Medicina China”, que las moxas, hechas con varillas de incienso de 2 cm de longitud, fijadas al cuero cabelludo por medio de una pasta hecha de nísperos, eran utilizadas en la iniciación de los monjes budistas. Así acontecía que “los cabellos no volvían a salir jamás en la zona de la quemadura” que era muy dolorosa, marcando la consagración eterna a Buda.
En la actualidad la moda de las moxas es tan enorme en Japón, que según el Profesor HARA, su conocimiento es indispensable para adquirir el Título de Doctor en Medicina.
En Formosa, existen Centros Hospitalarios Gubernamentales como el TRI-ARMY HOSPITAL o el VETERANS HOSPITAL, así como Institutos de Investigación como el CENTRO DE MOXIBUSTION o THE ACUPUNTURE RESEARCH QUARTERLY, dedicados al estudio, tratamiento e investigación de esta forma terapéutica.
En Vietnam, Filipinas, Corea, se utilizan cáusticos vegetales al mismo tiempo que Artemisa para moxar a los pacientes.
En la India, Siam (Tailandia), Java utilizan la médula de los juncos mojada en aceite de sésamo y luego prensada, produciendo una combustión-moxibustión lenta.
En Arabia, Mongolia, Persia, Egipto, utilizan cilindros pequeños hechos de lana, que se asemejan a las moxas para realizar una combustión lenta.
Los egipcios, utilizan unas bolas de algodón hecho de Papiro del Nilo mezclado con seda, para realizar una moxibustión regular.
En Laponia, cauterizan lentamente con un cilindro hecho de yesca y corteza de abedul.